De lienzo en blanco a saturación de matices: 2020

Por Liz Arianna Bobadilla León

La Habana (Prensa Latina).- Como sacado de la pintura El Grito, del noruego Edvard Munch, o de uno de los Caprichos del español Francisco de Goya, el 2020 dibujó una escena de angustia en el mundo que también trascendió a la creación y promoción de las artes visuales.


La pandemia de la Covid-19 impuso retos, obligó a reinventar (se), registró como marca preservar la vida y saturó de grises la obra del año, aunque algunas paletas trazaron líneas en los lienzos en blanco.   

El calendario cultural cayó en picada cuando desde el mes de marzo comenzaron a implementarse medidas para cortar el paso de la enfermedad, entre ellas el cierre de galerías, museos, teatros y todo tipo de espacios dedicados a la creación.


Aunque en esa primera etapa las esperanzas eran un factor común, la ilusión se desplomó como castillo de naipes pasadas las semanas y las acostumbradas visitas a exposiciones quedaron registradas en la navegación en internet.


Bajo este contexto, la alternativa digital cobró más fuerza que nunca y los usuarios accedieron a las vitrinas virtuales para acercarse a las colecciones de cientos de entidades y estudios en todo el mundo.


En Cuba, por ejemplo,  el Museo Nacional de Bellas Artes se volcó a presentar exposiciones online como Ars longa, del Premio Nacional de Artes Plásticas 2018 José Ángel Toirac, además de muestras homenaje por el 120 aniversario del natalicio de Carlos Enríquez y el centenario de Roberto Diago.


Igualmente, desde las redes sociales y página web de la institución, se rindió tributo a la curadora María Castro, fallecida recientemente; en tanto tuvo lugar un variado programa educativo con espacios de creación digital y otros proyectos dedicados a los infantes.


Las puertas del centro cultural volvieron a abrir el 8 de agosto y la exhibición Firmeza, de la artista visual cubana Marta Pérez, mostró una selección de 57 fotografías y 10 videoarte, como una panorámica de su trayectoria.


Aunque con público reducido, entre medidas de distanciamiento social y uso obligatorio de mascarillas, la entidad salió a flote para redescubrir las miles de piezas que componen sus colecciones.


De igual forma, se instaló en el Edificio de Arte Cubano del museo, la exhibición En ningún lugar como en casa, la cual recorre la vida artística de Alexis Leyva (Kcho), mientras una selección de piezas de Lesbia Vent Dumois, Premio Nacional de Artes Plásticas 2019, cierra las propuestas de este año.


En este contexto emergió desde la Galería Habana: Fake News, exposición transmitida en tiempo real por las redes sociales que ofreció la oportunidad de contextualizar la realidad, siempre con la visión del pintor Wilfredo Prieto.


Nacidas de la interpretación y lectura de los medios de comunicación, Prieto presentó todos los días 12 nuevas obras en pos de legar una panorámica de lo que fue un 2020 marcado por la pandemia.


Justamente, a pesar de la crisis sanitaria, el paseo de la Alameda de Paula de esta capital, acogió la escultura en tamaño real de la suiza Enriqueta Favez, juzgada por haber vivido con las prerrogativas de un hombre, pues ejerció su profesión, se casó con una mujer y enfrentó los desmanes de la esclavitud.


Forjada en bronce por el escultor José Villa Soberón, la pieza constituye una interpretación escultural de la suiza-cubana, precursora del movimiento feminista en Cuba, desde la percepción del creador, galardonado en 2008 con el Premio Nacional de Artes Plásticas.


El 2020, también significó un despertar del grafiti y los murales, con obras de alto impacto como las del icónico británico Bansky, hasta la nueva tendencia del «dirty art», cuyos lienzos: cristales sucios de los carros, exhiben réplicas de clásicos pictóricos como la Mona Lisa, La última cena, La joven de la perla, un Nacimiento de Venus, así como paisajes y retratos hiperrealistas.


En ese sentido, destacan los Colosos del pintor Maisel López, cuyos retratos gigantes de niños recorren las paredes de La Habana y que el presente año rindió homenaje al personal de salud por su ardua labor enfrentando la Covid, con otra de sus excepcionales piezas.


Destacan durante esta estapa, los cubre-bocas o nasobucos, medios de protección por excelencia y devenidos verdaderos soportes para creadores de todo el mundo, quienes han volcado su talento en la elaboración de estas piezas e incluso reconocidos museos rubricaron joyas de sus colecciones en esos accesorios.


En el panorama internacional las obras de arte impresas en las mascarillas marcaron tendencia a pesar de las críticas de algunos especialistas, mientras instituciones españolas como el Sorolla de Madrid, el Museo del Prado y el Thyssen-Bornemisza, se hicieron eco de esa moda con reproducciones de clásicos como Monet, Van Gogh, Renoir, Rembrandt, El Bosco, entre otros.


La Feria Nacional de Artesanía de Cuba, celebrada del 15 al 28 de diciembre,constituyó el escenario de exposición de estos artículos, cuyos diseños, texturas y colores ganaron la aceptación del público, seducido también por los productos textiles, elementos decorativos, bisutería, pinturas, mobiliario, calzado, entre otras propuestas de la cita.


La fotografía vivió una era de protagonismo en este panorama sanitario, la desolación de las ciudades, el accionar constante de médicos, el renacer de la naturaleza a causa de la reducción de gases contaminantes y el confinamiento, emergieron como temas centrales de miles de instantáneas.


En ese escenario, el artista de la isla Gabriel Dávalos capturó con su lente esa relación mística entre la danza y la imagen, con la exposición Matria, en honor a la prima ballerina assoluta, Alicia Alonso, quien el pasado 21 de diciembre celebraría su centenario y cuyo legado convirtió al ballet en un lenguaje al alcance de todos en la mayor de las Antillas.


El proyecto, dedicado a la Jornada por la Cultura Nacional y al aniversario 42 del Fondo Cubano de Bienes Culturales, realizó un periplo por plazas y lugares al aire libre de varias provincias del país como Matanzas, Cienfuegos, Camagüey, Santiago de Cuba y La Habana, con una docena de fotos y un catálogo con la obra más representativa de los primeros 10 años de trabajo de Dávalos.


Entre los altibajos del año, cuarentenas y nueva normalidad, fue galardonado el destacado pintor, grabador e ilustrador Rafael Zarza, con el Premio Nacional de Artes Plásticas 2020 por su consagrada labor en defensa de las artes gráficas en el país, cuya proyección abarca la cartelística política, de autor y teatro, así como portadas de discos, ilustraciones, dibujos, pinturas e instalaciones.


Mientras el personal sanitario ponía (pone) todo su empeño en hacerle frente a la pandemia y los decisores implementan políticas para cortar el contagio y salvaguardar las economías -también en declive-, el arte se reinventa constantemente de manera inédita para llenar de colores, formas y diseños las más disímiles piezas.